"Voy a cambiarlo todo: el blog, la forma de comer, (la falta de) ejercicio, las excusas… Me toca hacerme un lavado de cara. Si no lo hago, cerraré el blog, más que nada porque me parece absurdo tener que escribir que como bien una semana y luego mal tres; porque es una pérdida de tiempo y porque estoy harta de no saber qué escribir, harta de pensar que es mejor no poner dos comidas sanas de tal día acompañadas de golosinas, de seguir comprando golosinas amparándome en mil y ninguna excusas. Incluso harta de este tipo de entradas, que hasta ahora no me han llevado a ninguna parte. Es cierto lo que dice Alicia, cierto lo que dice MsQuisquilla… si me sobran treinta kilos no puedo hacer concesiones: no puedo permitirme comer cosas que no sean sanas amparándome en "tengo un cumpleaños, tengo una comunión, tengo la regla…", simple y llanamente porque ha sido justo ESO lo que me ha traído hasta aquí. Lo dicho. Toca empezar de cero (aunque cero signifique empezar con más de 100 kilos)"
Eso es lo que escribí y publiqué el 3 de febrero de 2014, hace más de 4 años. Hoy tengo un niño de dos meses y medio. Antes de estar embarazada pesaba 98 kilos y en el embarazo llegué a pesar 115. Después de dar a luz, pesaba 98 de nuevo, supongo que porque le doy el pecho.
Lo cierto es que la ansiedad me come, pero el problema es que no la calmo yendo de paseo con el niño; no tomo de snack palitos de zanahoria con hummus, sino conguitos, o pipas saladas, o helado. Lo que antes comía como excepción, ahora es la norma: todos los días como golosinas. Luego me veo en las fotos con el niño y me quejo de estar enorme. Sé que acabo de dar a luz y que esto lleva tiempo; me daría igual subir de peso si sé que es porque como bien (frutas, verduras y proteínas de buena calidad), que es lo que necesita mi bebé en su leche, pero me da rabia subir de peso por comer porquerías.
Como buena ilusa, empezaré a comer sano este lunes, o sea, mañana. Hoy lo cogeré para organizar mis comidas; mañana me pesaré en ayunas y volveré a escribir en el blog. El año que más peso bajé fue el año en el más entradas tengo: algo querrá decir.
Voy a releerme, a ver lo que hacía bien para repetirlo y, especialmente, lo que hacía mal para tratar de dejar de hacerlo.
Alicia me escribió un comentario que decía: "(…) quiero decirte que has dado un gran paso, que te has dado cuenta de lo que importante que es hacer una dieta en condiciones, que es verdad, que cuando nos sobran más de 30 kilos no podemos permitirnos ninguna licencia, solo tenemos que ceñirnos a lo que hay que comer y ya está. Cuesta, pero el cuerpo se acostumbra rápido, y de verdad que es la única manera. Lo de hacer el día bien pero cada tarde comer algo de chocolate, o después de cenar, un dulce, o salir y picar, te puedo asegurar que no vale, es imposible y echamos por tierra todo lo bueno que hayamos hecho en el día. Otra cosa es que, muy de vez en cuando (porque nos lo exija el guion), tomemos un trocito de tarta en un cumple y no pasa nada, sin remordimientos, pero eso, un trocito, comerlo despacito y disfrutándolo."
Nuevamente, amén, Alicia.