lunes, 6 de junio de 2016

Negro, que te quiero negro...

Ayer tuve un dolor de cabeza que me duró seis horas (y porque me quedé dormida). ¿La razón? Un trozo de tarta helada de chocolate; lo triste es que ni siquiera me gustaba y aún así, acabé de comérmela.
Lo peor es que el sábado me dio una bajona increíble. Tenía el cumple de una amiga y, buscando fotos para un collage, me di cuenta de que siempre parezco la hermana pobre de la Cenicienta: pelo recogido, ropa negra o blusa negra con vaqueros. Las otras chicas, siempre de punta en blanco: con tipazos, super arregladas y divinas. Sí, sé que hay chicas gorditas que se arreglan y se cuidan, pero se ve que yo no soy de ese tipo (a las fotos me remito). Se me quitaron las ganas de ir al cumple, pero me quedé rumiando una idea: ¿en realidad no quería ir o es que todo me sienta mal? Empecé a probarme ropa: una falda no me cierra, un pantalón ni sube; lo apretado hace que parezca una salchicha embutida, lo ancho me convierte en una mesa camilla…
Me vine abajo y rompí a llorar. Mi pobre novio intentaba consolarme y me lanzaba piropos, razonaba conmigo, pero no había manera. Al final, entre mi novio y una amiga me convencieron: me puse un pantalón de vestir negro, una chaqueta negra, una blusa roja y las botas negras; me solté el pelo y me arreglé. En el cumple todas iban de punta en blanco: unas más normalitas y otras con vestidos cortos y con transparencias. Monísimas. Ya estaré yo así, pensé.
En la cena no tomé refresco, solo agua sin gas fría (1 litro de agua, para ser exacta). Comí un poco de todo (ensalada, queso provolone, parrillada: pechuga de pollo, chorizo, pecado ibérico; de postre, medio alfajor. Ah, y muchas chuches, unas 10).
Ayer desayuné yogur natural con cereales y miel, pan con AOVE, sal negra del Himalaya y serrano. Tomé un cortado. Eso fue sobre las once de la mañana. A las 16:30 comimos pizza de una conocida empresa que las lleva a domicilio; si no me equivoco, me comí tres trozos de pizza barbacoa y dos pedazos de pizza calzone. De postre, el trozo de tarta que no me gustaba. Un cortado y una infusión de cola de caballo cayeron luego. Fue tomarme la tarta y empezar el dolor de cabeza. Mi cuerpo ya no tolera tanto dulce. Fui con mi novio a dar una vuelta a ver si aflojaba la cefalea, pero nada. Vi un gimnasio a diez minutos de casa: cuesta 35 euros y abre de lunes a domingo. Ahí me voy a apuntar.
Al llegar a casa, me comí una manzana (a las 21:05) y ya no comí nada más hasta hoy, básicamente porque me sentía dolorida y mal. Anoche me acosté a las 22:30, cuando nunca, y, a pesar de despertarme mil veces en la madrugada, conseguí descansar.
Esta mañana desayuné (08:15) una tostada con guacamole y jamón cocido, más un cortado. Me pesé y la báscula marcaba 103.4: seis kilos y medio más y recupero todo lo que había perdido.
A media mañana, otro cortado. Almorcé (13:15h) puré de verduras, un trocito de pan y un trozo de queso fresco. De postre, una gelatina de fresa. Por la tarde, el tercer y último cortado y un bocata de serrano (17:15), queso fresco y tomate natural. Para cenar me tomaré un vaso de leche con cola cao y dos o tres galletas tipo María.
La novedad es que pedí cita con una famosa nutricionista de Gran Canaria y me dieron para finales de julio (se nota que tiene clientela). Lo que no me gusta es que te hace pesar los alimentos, pero es justo lo que necesito, ya que muchas veces como sano, pero demasiada cantidad. La dieta es totalmente personalizada, así que veré cómo me va.
Una chica ha perdido 27 kilos con ella, pero no de golpe, sino poco a poco. Mientras, volveré yo solita al redil.
Disculpen por la entrada tan larga. Besitos.

8 comentarios:

  1. Curvitas, yo no sé si el dolor de cabeza viene por el dulce o por ese cóctel de emociones tóxicas.
    No pides consejo, pero yo no puedo evitar pedirte que no te compares nunca con nadie. Siempre habrá alguna chica más delgada, bella, estilosa, rica o arreglada. ¿De qué sirve algo así? Sólo para evidenciar más tu supuesta carencia. Yo creo que estos días te has hecho más daño con los pensamientos que con la comida, mira qué te digo...me haces pensar mucho sobre el tema, Curvitas. Lo siento, pero me has provocado una entrada...:) anímate pero ya!! un abrazo!

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    1. Siempre puedes dar tu opinión, Lady Lady Lady, aunque no la pida.
      He leído tu post y yo no soy como tu amiga, no me digo cosas feas, y me caigo bien ;D
      Ahora en serio: simplemente me vine abajo no ya por la comparación, que digo que sí que las hay más altas, más guapas, más rubias y más de todo… pero la cosa no va por ahí. La cosa va porque me veo en las fotos y no me cuido: la ropa no me cabe, o me aprieta, y siempre digo que voy a trabajar en ello, pero no lo hago. ¿Cuido de todo el mundo pero no cuido de mí?
      El dolor de cabeza de la tarta sí era por la tarta, básicamente porque es lo que pasa después de la acantosis nigricans: el cuerpo ya no tolera tantos azúcares chungos y se queja. El día anterior, después de la llantina, me dolía la cabeza de tanto llorar.
      Sí es verdad que ya en el burro, arre burro, y me comparé con las amigas de mi amiga, por tonta o para revolcarte bien en el dolor, como cuando escuchábamos música triste cuando estábamos depre de adolescentes ;D
      Pero, vale, te haré caso y dejaré de compararme. Mil gracias, mi niña. Por todo.

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    2. A veces lo que nos decimos inconscientemente es mucho más destructivo incluso...ayyyyy, te lo digo por experiencia, esa es mi fuerza. Perdón por la brusquedad y, bueno, de vez en cuando nos dan estas bajonas, pero de verdad nunca deberíamos dejar de querernos. Besos, hermosa!

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  2. Curvi, pareces una mujer inteligente y muy capaz que se ha encontrado con una montaña que le cuesta escalar. El problema quizá no sea la montaña en sí, sino que tu empecinamiento por subirla no te permite ver que hay caminos alternativos que te harían la subida más fácil.

    Si no puedes sola, hazte ayudar. Piensa en tus motivos reales para querer adelgazar. Sé honesta contigo misma, a veces nos decimos aquello de 'la salud lo primero' porque nos da vergüenza reconocer que nuestros motivos son otros. Lo que quiero decir con esto, es que si para ti el aspecto es un factor fundamental (y no hay nada de malo en ello), tal vez deberías trabajar tu autoestima de forma paralela al adelgazamiento. Adegalzar muchos kilos supone una transformación personal a muchos niveles, y no garantiza necesariamente que te veas guapa, o que te sientas capaz de llevar transparencias.

    Espero de corazón que no te tomes este comentario a mal (por extenso o por impertinente). Te he cogido cariño y me fastidia que estés triste. Si necesitas apoyo o cualquier cosa que una sandalia pueda dar en estos casos, me ofrezco voluntaria :-**

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    1. Ay, Sandalia. Te digo lo mismo que a Lady Q: no me tomo a mal nada de lo que me digan desde el cariño y con respeto. No me parece impertinente, al contrario.
      Siendo sincera, sí, tengo un problema de autoestima y sí, tengo que adelgazar por salud: mi hígado graso, apnea, piedras en el riñón, acantosis nigricans, problemas de espalda y dolores de rodillas lo corroboran. Es una cuestión de salud, pero también de verme bien, de no estar hinchada como un globo y de poder comprarme la ropa que me gusta, no la que me quepa.
      Precisamente porque necesito supervisión, alguien a quien rendirle cuentas, he pedido la cita con la nutricionista.
      Mil gracias a ti también. Yo también te he cogido cariño, que conste.
      Un besazo.

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  3. Ayer vi en una serie una escena que me hizo reflexionar. El gordito gracioso se iba a comer una pizza, y su amiga le dice "¿quieres empezar a ser libre? pues tira esa pizza a la basura ahora mismo y verás qué sensación de ligereza y de bienestar".
    Y lo hace. Pretendía empezar a cuidarse, no desde "mañana" o "el lunes", sino desde ese mismo momento.

    Y yo en el sofá (yo no tenía pizza, pero me daban ganas de picar algo) pensé que era un punto de inflexión muy inspirador. Ahí había un antes y un después.

    Dejar de comer algo que te apetece porque sabes que eres tú quien manda y no la pizza es una pasada. Decidir que no vas a ser la gordi, sino la morena, o la lista, o la simpática... pero no la gordi.


    A veces la gente es cruel con las personas obesas. Es difícil tener una autoestima alta cuando te ves mal, te sientes mal y encima los demás te lo recuerdan a cada momento, sea verbalmente o con miraditas o comentarios en voz baja.

    Abrir el armario y no encontrar nada es un asco. Suena de chiste el "no tengo nada que ponerme" con el armario a rebosar de trapos, pero cuando de verdad no te sientes bien con nada... uf, al final empiezas a pensar que no es la ropa, eres tú. Y eso deprime un montón.

    Ahora que ya tienes nutricionista, creo que has empezado "en serio". Y podrías hacer una criba de ropa. Probarte lo que no te sienta tan mal, hacer algunos conjuntos y dejarlos a punto, para el momento en que los necesites. Con algún collar o accesorios bonitos, cualquier camiseta sube dos puntos.

    Hay algunos blogs con chicas obesas que visten monísimas, y tú eres jovencita (no como yo, juas) y por más gorda que estés, puedes estar preciosa sí o sí. Yo tiro para viejuna, pero también puedo estar preciosa, ja ja ja. Pero las jovencitas... pues con más facilidad, je je je.

    Aquí te dejo este enlace.
    http://clubmujeresreales.blogspot.com.es/
    La chica viste de tiendas normales, nada de ropa carísima. Mira qué linda está. ¿Por qué tú no vas a estar así? En Canarias hay tiendas chulísimas y bien de precio. Tú también puedes. Y cuando te sientas un poquito mejor, verás que poco a poco te vas empujando a seguir.

    Y una sonrisa también. Eso guapea mucho más que cualquier otra cosa. Y a mí me gusta leerte animada.

    Besotes, Curvi. Ya mismo te llamaremos Recti :-D

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  4. Si es que eres un amor...
    La situación es jodida y a veces se hace todo un poco cuesta arriba. Hoy lo he hecho muy bien.
    La nutricionista me dio cita para el veintipico de julio, así que aún queda un mes y medio, aunque no pienso dormirme en los laureles.
    Voy a echarle un ojo a la página que me comentas.
    Te haré caso con lo de la criba de ropa y lo de pensar en combinar determinadas piezas con determinados complementos. Mi sonrisa es otro de mis temas pendientes: el dentista tiene trabajo para rato conmigo.
    Un abrazo y millones de gracias.

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