jueves, 31 de diciembre de 2015

Brindo...

por un 2016 lleno de comida sana, de ejercicio (aunque sean diez tristes sentadillas cada día); por un 2016 en el que amemos y nos dejemos amar; por un 2016 en el que nuestros sueños sean más grandes que nuestros miedos; un año en el que nos dejemos de excusas, de tonterías; un año sin "por solo una vez no pasa nada" -porque sí pasa.
Brindo por un año nuevo con ustedes, porque hacen este camino más bonito y porque saber que están siempre ahí consigue que me sacuda el polvo y siga adelante.
Seamos felices, tomemos las riendas de nuestras vidas y mimémonos. Está bien cuidar a los nuestros, pero también tener tiempo para cuidarnos a nosotros mismos: un masajito, unos minutos de relax, un tiempo haciendo lo que nos guste, aunque sea estar tirados mirando al horizonte; menos tele y más paseos.
Agradezcamos lo bueno que tenemos y mejoremos aquello que no nos gusta y que podemos cambiar. Depende de nosotros. Hagamos que estos 366 días merezcan la pena porque, queridos, nos lo merecemos.

miércoles, 23 de diciembre de 2015

Acaba diciembre...

Al final, no publiqué mi lista de propósitos. La idea era hacer más ejercicio y, para lograrlo, me apunté en clases de pilates; fui el primer día y pillé la gripe del siglo (fiebre incluida). Ahora estoy mejor, pero tengo las celebraciones encima y voy a dejar pilates para la semana que viene.
Otro de mis propósitos era comer 0 golosinas antes del 24. Fallido intento: he comido más Ferrero Rocher que en mi vida (unos 12… de 3 en 3, o sea, cuatro días de Ferrero, siempre antes de trabajar). Además comí un trozo de turrón molido y un puñado de peladillas.
Planeaba sacar fotos a todos mis almuerzos, dejar atrás el 95… Ayer mi báscula (antes de tres ferreros, una palmera de chocolate y un phoskitos) marcaba 96.7. Anoche, 98.1.
Tengo la regla, pero tengo también una cara que me la piso y mil excusas que no me llevan a buen puerto. No puedo esperar a que llegue enero. No quiero empezar el año pesando 100 nuevamente, quiero perder los noventa de vista, así que debe ser esa mi meta. Para ello, tendré que hacer lo mismo que estaba haciendo antes.
Hoy he vuelto a tomarme el brebaje para el hígado, he comprado infusiones detox nuevamente y quiero hacerlo bien, porque sé hacerlo bien y porque me merezco hacer lo mejor, porque si no me cuido yo, nadie me cuidará; porque depende exclusivamente de mí hacerlo bien. Y punto.
Les deseo a todos unas fiestas maravillosas; disfruten y sean muy felices.
Belfe, me encanta que hayas vuelto, al igual que Javi. Niñas, volvamos todas. Nos merecemos lo mejor y de nosotros depende conseguirlo. Un millón de besos y disculpen que haya estado desaparecida.
Aún queda una semana para que acabe el año: aprovechémosla.